Resumen del articulo y conceptualización de las tres concepciones presentes en el texto: concepción dualista, monista y social.
CONCEPCIÓN UTILITARIA/ DUALISMO:
Esta concepción separa la realidad material (cuerpo
anátomo-fisiológico) de la inmaterial
(espíritu, alma, mente), lo natural de lo cultural, lo bueno de lo malo. El
cuerpo es materia, continente perecedero, corruptible y también mejorable que acoge
a la esencia inmaterial del ser humano.
Una metáfora derivada de esta
concepción es la de "cuerpo
máquina", la maquina ha servido como un modelo para ejemplificar la
morfología y funcionamiento corporal.
Colquhoun percibe la noción del
cuerpo como instrumento de acción motriz.
Según este autor se trata de una concepción
utilitarista porque el movimiento y su resultado son definidos y valorados
siempre y exclusivamente en función de su propósito.
Sin embargo, estas teorías
mecanicistas sobre el cuerpo no alcanzan a explicar globalmente un fenómeno tan
completo como el del movimiento humano, que incluye factores psicosociales,
afectivos, culturales e incluso políticos y económicos.
CONCEPCIÓN VIVENCIAL/ MONISMO:
Las perspectivas monistas se basan en la
concepción del individuo en una esencialidad integrada en un todo. En esta concepción existen dos
concepciones: el psicoanálisis de Freud
y el existencialismo de Sartre.
La teoría psicoanalítica discute
el papel fundamental del cuerpo como sustrato material de la experiencia
psíquica. El énfasis en el inconsciente pone de relieve que existe otra forma de existir de la que no siempre nos
apercibimos, pero que no por ello deja de ser real; puede que hasta más real que de la que somos
conscientes.
Según Freud nuestra existencia se articula en capas de conciencia que recogen nuestras pulsiones y deseos
insatisfechos. Estas capas son el yo
(la conciencia de ser, unida al principio de realidad), el ello (la conciencia
de no ser, unida al principio de deseo), el super-yo (la conciencia moral, unida a los sentimientos de
culpabilidad, necesidad de castigo, remordimiento, etc.) y el super-yo cultural (los ideales y las
normas -explícitas e implícitas- de la sociedad).
En definitiva, el psicoanálisis propone que el mundo de los sentidos,
al que pertenece el cuerpo somático, entra a menudo en contradicción con la
verdadera vivencia personal, en muchos casos inconsciente.
Las teorías del existencialismo y la fenomenología se ocupan de la
preocupación del psicoanálisis por la forma de ser en el mundo. Sartre (1989, 1992) considera que el cuerpo
y su vivencia son los principales medios a través de los cuales tomamos
conciencia de nosotros/as mismos/as y de nuestro entorno. Plantea que nuestra
presencia corporal en el mundo se da básicamente a tres niveles: como cuerpo
para el ser, cuerpo para el Otro y cuerpo para el Otro percibido por el ser.
En definitiva las concepciones monistas revelan que la vivencia del ser
es también corporal (concepción
vivencial), y que la corporeidad es algo más que una materialidad ocupada
por la mente o el espíritu, del cual éstos pueden y deben hacer un uso
adecuado.
CONCEPCIÓN SOCIOCULTURAL:
De acuerdo con Freund y McGuire,
el contexto sociocultural influye en
determinar la significación y la importancia del cuerpo o ciertos aspectos
relacionados con lo corporal. Refiriéndose al concepto de construcción social del cuerpo
estos autores plantean que la sociedad y la cultura, en cierta medida,
contribuyen a dar forma a sus miembros como si se tratara de moldes para
troquelar objetos. Pero la influencia social más poderosa es la del concepto de
la construcción de las ideas sobre el cuerpo, que plantea que no todas las
sociedades comparten las mismas ideas sobre el cuerpo.
La postmodernidad, entendida como la superación del proyecto
moderno basado en la razón como instrumento de comprensión de la realidad
aparece en los últimos tiempos debido a la preocupación sin precedentes por el
estudio de cualquier aspecto relacionado con el cuerpo. Shilling (1993) destaca que los principales efectos de la
postmodernidad en la concepción sobre las ideas del cuerpo son:
·
La secularización
del mundo occidental: creciente
importancia que se le otorga al cuerpo con el proceso de desacralización social
que marca el tránsito desde la organización social de la Europa posfeudal a la
modernidad, y que tiene su mayor impacto en el siglo XX.
·
b) Idealización
del cuerpo como proyecto: posibilidad
de concebir el cuerpo como un proyecto,
lo cual implica el establecimiento de un plan para alcanzar una serie de
objetivos personales más o menos autoimpuestos por su propietario, casi siempre
relacionados con la salud o la apariencia.
·
c) La incertidumbre
sobre el concepto de cuerpo: el aumento de posibilidades de
intervenir en el cuerpo contrasta con la incertidumbre
acerca de qué hacer con esas posibilidades, con las dudas profundas sobre cómo
ejercer el control sobre el cuerpo.
La concepción social del cuerpo tiene una influencia relativamente
marginal en la Educación Física que, en general, sigue mucho más preocupada en
la mejora de los aspectos tangibles de la motricidad.